Vivir en pareja…Lo que nunca te dijeron

¿Por qué queremos estar en pareja o tenemos pareja? A menudo estamos inmersos en la rutina sin ser consciente de lo que implica. En las relaciones se dan varios aspectos que apenas tenemos en cuenta y que tienen un gran peso.

Somos naturaleza, suma y apego

Empecemos por el principio, nuestra propia naturaleza desde un punto de vista evolucionista, los seres humanos somos sociables y nos emparejamos para aumentar la probabilidad de supervivencia; la relación es el vínculo de apego que facilita la reproducción y en consecuencia garantiza la continuidad de la especie. Desde este planteamiento el sentido romántico e ideal del amor se asienta sobre el impulso más primitivo de cualquier existencia, y es que las mismas emociones que dotamos de significados tan puros tienen como principal función servir para la adaptación al medio.

Como indica el principio de la Gestalt, la pareja es más que la suma de las partes; en una relación se dan tres unidades, cada una de las personas que la componen y la combinación de las dos. Tenemos la capacidad de pensar sobre nuestra propia experiencia de pareja en estos términos y según la reflexión pensarnos como persona independiente o en combinación con el otro y en el otro fusionado en relación o como individuo separado.

También hay un aspecto importante que influye en la relación de la pareja; el tipo de apego que se desarrolla en la infancia con nuestros progenitores suele ser el tipo de vínculo que repetimos en pareja. Nuestro mundo emocional afecta en  todos los aspectos de nuestra vida, la elección de pareja, el estilo emocional, el comportamiento y el vínculo es el resultado, entre otros de cada uno de los apegos de los miembros de la pareja.

Disfruta tu realidad tal y como es…

….y apenas sin ser conscientes de estos y otras influencias, tratamos de razonar y valorar la calidad de la relación en pareja con el objetivo de alcanzar algún tipo de ideal utópico. Siempre se plantea aquello que uno quiere cambiar porque no le gusta, conste que este pensamiento enfocado a la mejora y centrado en lo que no está bien ( la queja) tiene el mismo origen, la continuidad de la especie a través de su actualización ( selección  natural), y si esperamos que nuestra vida y aquellos que la conforman sean perfectos, la realidad se convierte en una pesadilla contra la que luchar cada día.

Cómo tratas y te tratan.

Es cierto que las personas tenemos diferentes tipos de relaciones; relaciones laborales, relaciones diplomáticas, relaciones jerarquizadas,…y las relaciones que más nos importan; las relaciones de amistad, las relaciones de pareja y las relaciones de familia. Cada persona adopta un rol con el que se desenvuelve en cada situación, es llamativo que la forma de ser con la pareja y los progenitores son más particulares; es donde se manifiestan las dudas, los temores, las amenazas, los celos, el sacrificio, …cuando el vínculo es cercano y su pérdida es dolorosa nos permitimos licencias que en otro casos no se aceptan.

Los limites personales y las concesiones de pareja merecen equilibrio. Que las  tres partes; individuos (2) y pareja (1) tengan su espacio en tiempo y dedicación. Hablando claramente de los valores y el estilo de vida de cada uno para crecer juntos. Por ejemplo, ser ahorrador y tener una pareja no ahorradora. Como pareja tendrán momentos individuales en donde su estilo marque las decisiones al respecto, y ambos tendrán momentos donde entender al otro le llevará a buscar el equilibrio personal y conjunto. Es un error querer cambiar al otro, nadie tiene derecho.

Cuando el amor nos compromete con otra persona, las vivencias tienen un significado propio, constituye parte de nuestra vida y en ocasiones se confunde con el derecho a apropiarnos de lo que esperamos del otro como si se tuviera que moldear a nuestra expectativa.

Dar y recibir, aprender y crecer

Las relaciones íntimas son centrales para nosotros, nuestros mejores y peores recuerdos son con personas con las que tenemos una estrecha relación. En la pareja la relación sana se da en reciprocidad, dar y recibir, de manera horizontal, con autonomía y capacidad de intimidad. Tolerar el afecto positivo y negativo es principal en las relaciones, alegrarse de los logros del otro y conocer sus debilidades para ser el mejor acompañante. Es vital para querer al otro ser una persona en pleno desarrollo y bienestar. Porque el bienestar propio es el pilar para dar al otro nuestra mejor manera de querer, cuando uno se sabe querer y tratar bien también sabe querer y tratar bien, es fundamental, no puedo cocinar bien para otros sin saber cocinar bien para mí mismo. Y es más, si no sabemos querernos tampoco sabemos diferenciar si nos quieren bien.

Es fácil caer en la queja cargada de razón que explica el malestar en uno por lo que espera del otro y no obtiene, tal vez es el momento de reflexionar sobre lo que uno aporta, lo que da, en qué apoya, acompaña, respeta… a aquella persona con la que comparte a vida, cuanto de generoso (y no de sacrificado) eres con el otro y cómo la otra persona está siendo en la relación; ¿eres la mejor versión de ti en pareja? ¿lo son contigo?

Y EL AMOR…

El amor esta detrás de cada una de las palabras de este texto, cuando uno no se mueve desde la necesidad de calmar sus miedos y carencias, se mueve desde el amor, por sí mismo y por la vida. Cuando se siente amor en las cosas y se abandonan las luchas de ego la vida es más bonita.

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Beatriz Villagrasa García

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