Real Fábrica de Hojalata San Miguel
Málaga cuenta con diferentes edificaciones construidas hace varios siglos. Las fachadas de muchos pueblos, las calles o las casas, pueden llegar a tener más muchos años de antigüedad. Aunque es cierto que hay construcciones que cientos de años atrás, fueron una novedad importante, pero se abandonaron y no se han vuelto a utilizar. Muchas otras fincas se han rehabilitado y actualmente se pueden visitar. Hoy os presentamos la Real Fábrica de Hojalata San Miguel, uno de esos inmuebles restaurados estos últimos años. ¡Seguid leyendo, no os lo podéis perder!
La Real Fábrica de Hojalata San Miguel tiene su origen en el siglo XVIII y se ubicó en Júzcar, una provincia de Málaga. El lugar escogido para construir esta fábrica estaba situado junto al río Genal. Esta locación era idónea, ya que tenía a su alcance enormes masas forestales para conseguir carbón, agua encargada de generar energía, y minas de hierro para obtener materia prima, siempre que se necesitase. Además, la zona se encuentra delimitada por los pueblos de Cartajima, Júzcar, Pujerra y Ronda.
Todo comenzó cuando el rey Felipe V les concedió a Pedro Meurón y Emerico Dupasquier, dos suizos metalúrgicos, el permiso para abrir una fábrica de hojalata cerca de Ronda. Meurón, aparte de lograr abrir este comercio, consiguió otros privilegios como, por ejemplo, el monopolio de fabricación de hojalata en España durante los 15 años siguientes y el permiso gratuito para explotar los bosques de realengo, con el objetivo de adquirir carbón.
A Meurón y Dupasquier se les unió un tercer hombre, llamado Monsieur Ployer, procedente de Sajonia. Este sabía cómo fabricar hoja de lata. También añadieron al equipo treinta operarios alemanes, con sus familias. Una vez compuesto todo el equipo, la construcción de la fábrica dio comienzo y tardó en terminar cinco años. Con el paso de los años, el inmueble se fue deteriorando, aunque tuvo sus momentos de esplendor y de ruina. A finales del siglo XVIII, la Real Fábrica de Hojalata San Miguel ya no funcionaba y la abandonaron.
Años más tarde, y debido a la guerra de independencia del siglo XIX, la Junta Central se planteó reabrirla, ya que las municiones eran escasas y necesitaban fabricar más, pero al final permaneció cerrada y quedó completamente abandonada. Otra de las principales razones por las que fue abandonada la Real Fábrica de Hojalata San Miguel es el punto geográfico en el que está localizada. A lo largo de los siglos, la fábrica ha pasado por las manos de muchos propietarios diferentes y ha tenido usos ganaderos y agrícolas.
Su último comprador fue un economista de Barcelona, llamado Enrique Ruiz, que hace veinte años decidió adquirir la propiedad y reformarla para sacarla del olvido. El catalán le compró la finca a un matrimonio inglés, formado por una pitonisa y un espía de la CIA. En la restauración, tanto de la finca como de la fábrica, se utilizaron materiales antiguos, como vigas de castaño, tejas árabes, ladrillo tosco y azulejos elaborados con técnicas del siglo XVIII, que fabricó Enrique Ruiz.
Hay que destacar que este inmueble solo funciona con energía solar, eólica e hidráulica y que al restaurarse se ha convertido, la parte norte de la finca, en un viñedo y una bodega. Las obras restauraron toda la finca al completo. Esta estaba formada por una plaza en forma de U, llamada la plaza de San Miguel, una iglesia, dos alas con viviendas, donde vivieron los obreros alemanes en el siglo XVIII, y los edificios industriales, donde se ubicó la bodega. También se reformó, a principios del siglo XXI, el camino que lleva a la finca para facilitar el acceso a los turistas que estuvieran interesados en visitar el inmueble.
La rehabilitación fue premiada en 2018 por Hispania Nostra, una asociación sin ánimo de lucro encargada de defender el Patrimonio Cultural y Natural español. Este premio estaba incluido en la categoría “Intervención en el Territorio en el Paisaje” y se lo otorgaron a la Real Fábrica de Hojalata San Miguel porque la rehabilitación significó un aumento en el beneficio de los campos histórico, cultural, medioambiental y social de la zona.
Actualmente, la parte alta del inmueble está reutilizado, como ya os hemos contado, y es un viñedo y una bodega. Además, puede visitarse, pero para llegar a ella debéis preguntar en el ayuntamiento, donde os indicarán con más detalle cuál es el acceso por el que tendréis que ir y que se puede acceder a través de dos fincas privadas llamadas “Finca Vega Larga” y “La Fábrica”.
Ya conocéis un poco mejor la Real Fábrica de Hojalata San Miguel. Si queréis visitarla, no dudéis en acercaros al Ayuntamiento de Júzcar y preguntar por el horario. ¿Conocíais esta famosa finca antes? Contadnos en comentarios y si conocéis otro sitio de Málaga que debamos conocer ¡No dudéis en comentárnoslo, os leemos!
Autora del artículo: Paula Tejada Fuerte
No tenía ni idea de que tuviéramos está edificación aquí en Málaga
Pues ya somos dos los sorprendidos
Vaya historia chula tiene la finca.
Gracias por mostrarnos este pedacito de nuestra tierra.
A mí me pasa lo mismo, yo tampoco sabía de su existencia, ahora esto tiene fácil solución, tomar nota e ir a visitarla 🙂 🙂
Cuanto menos puede ser una visita muy interesante a esta parte de la historia malagueña
Yo tomo nota para hacerle una visita porque tiene muy buena pinta
Chicxs de Ciudad con Alma gracias por hacer que vayamos conociendo cada día rincones maravillosos de nuestra querida Málaga
Otro magnífico sitio que tenemos en nuestra querida Málaga
Gracias por la recomendación
Me uno al club de los que tampoco conocía el sitio
Gran historia la que tiene detrás está edificación
Tomo nota porque me gustaría ir a verla