Pablo Ruano de Vicustom: “El arte es llegar a tu estilo, a tu propia forma de crear y de ver las cosas”

Pablo nació con el arte en las venas, y eso se debe a su padre, Dámaso Ruano. Para él y su familia siempre fue un referente, una persona que siempre ha vivido por su pasión, aunque la vida lo llevó por el camino de la educación, no dejó de pintar hasta que su cabeza no se lo permitió más. Ahora, Pablo sigue un poco los pasos de su padre, siendo artista y profesor.

Y su padre, a pesar de haber sido muy reconocido en Málaga, no quiso ir mucho más allá porque su único objetivo era pintar, pintar como forma de vida y nunca buscó reconocimiento, aunque lo encontró. Tiene incluso una calle a su nombre, en el barrio malagueño de El Palo donde creció. Él, al igual que su hijo, amaba su profesión de maestro, aunque tomó la decisión de prejubilarse para poder dedicarse enteramente al arte. Y eso hizo, hasta que el alzhéimer llegó a su vida y poco a poco dejó de entrar a su estudio para pintar.

Era una persona humilde, generosa, de la que Pablo “no quería hablarnos mucho porque se emociona”. De él aprendió muchas cosas, pero ahora que no está sabe que no lo supo aprovechar al máximo, habría pasado más horas con él en su estudio, aprendiendo, pintando juntos, pues tenía una oportunidad única, vivir con un genio, un artista único. De él aprendió lo que era el arte, que engloba muchas cosas, entre ellas tu personalidad, y que cuando “llegas a tu estilo, a tu propia forma de crear, de ver las cosas” es cuando haces arte de verdad.

Hoy en día existen muchas formas de expresión artística, a las que Pablo no le gusta considerar arte porque son eso, mensajes que la gente lanza al mundo. Ser original, tener un talento especial y ser capaz de transmitir lo que sientes a través de un cuadro, eso es ser artista y no quizá lanzar una bolsa de basura al suelo. Y como gran ejemplo tenemos la obra de su padre, atemporal, única, la ves hoy y parece que por ella no pasó el tiempo, es como si su padre siguiese vivo a través de ellas. Por eso Pablo quiere que más gente pueda disfrutarla, no sólo Málaga, sino también el mundo entero.

Y aunque el arte corre por sus venas, cuando tuvo que tomar la decisión de estudiar bellas artes o magisterio, escogió la segunda opción pues veía que la primera tenía cosas que no le iban a llenar y el deporte era otra de sus pasiones. Pero nunca ha dejado de pintar, hasta llegar a lo que conocemos ahora, a Pablo Vicustom. Rondaba el año 2010, en verano, cuando Pablo decidió que quería pintar para sí mismo unas zapatillas. Las personas que las vieron le dijeron que ellos también querían unas, y es así como Pablo decidió abrir una página de Facebook para ver si su negocio podía funcionar, y funcionó.

Ahora Pablo trabaja a tiempo parcial en un colegio y, por las tardes, dedica su tiempo a pintar y customizar zapatillas y todo aquello que la gente le solicite. Desde que empezó ha mejorado, la calidad de sus trabajos es cada vez mejor, así como los materiales que utiliza, esto significó una subida de precios de sus productos, cosa que algunas personas no llegan a entender. Y es que, los trabajos artísticos no suelen estar bien valorados por el público, son muchas las personas que dicen que es caro o piden alguna rebaja. No sólo por la calidad y el precio de los materiales utilizados, todo el trabajo que hay detrás de estos productos hay que saber valorarlo, pues vas a tener algo único, personalizado, algo que han hecho con mucho cariño y hay que saber valorar.

También nos comentaba que parte de su éxito se lo debe a las redes sociales, estas han permitido que su trabajo se difunda al resto del mundo sin tener que moverse de casa, llegando a vender zapatos en Nueva York y Finlandia. Aunque sigue siendo un trabajo difícil por las horas que le tienes que dedicar, así como es casi imposible poder vivir tan solo de esto. Por eso él continúa con su trabajo en el colegio, le da estabilidad y comodidad, los niños le transmiten felicidad y eso le ayuda a seguir creando en su tiempo libre. Para él, pintar no es un trabajo más, por eso le puede dedicar tantas horas, siempre buscando el mejor resultado para que sus clientes queden satisfechos y quieran repetir.

Por esto nos afirma que, por ahora, no le gustaría dedicarse exclusivamente a pintar, aunque le gustaría poder darse a conocer viajando y enseñando sus productos al mundo. Y otro de sus objetivos en un futuro es poder llevar la obra de su padre a más personas, que pueda llegar a donde aún no ha llegado, difundirla y que la gente sepa apreciar el arte que solo se ha sabido apreciar en Málaga.

Autora de la entrevista: Noelia Ruiz