Hábitos que te cambiarán la vida

Para llevar una vida saludable y cuidar de nuestra salud tanto física como mental, hay que adoptar una serie de rutinas que a veces no son tan apetecibles, pero que seguro que si las incorporas a tus hábitos diarios a buen seguro que te beneficiaran.

Así que hoy te contamos una serie de hábitos para que puedas disfrutar de tu vida en su total plenitud:

1.-Llevar un diario

Al escribir estructuramos nuestros pensamientos, un diario no tiene por qué convertirse en una obligación ni algo que tenga que ser hecho todos los días, a pesar de lo que su nombre pueda sugerir. Pensemos en el diario como un amigo que nos escucha cuando más lo necesitamos, que nos ayuda a ordenar nuestra cabeza y que nos ayuda a recordar pequeños momentos que de otra manera hubiéramos olvidado ya que no los hemos considerado lo suficientemente importantes como para inmortalizarlos en una foto o en nuestras redes sociales. Llevar un diario es también pasar tiempo con uno mismo, organizarse el día, escribir tus expectativas, etc.

2.-Dormir todos los días a la misma hora

Tener un patrón de sueño es muy importante y algo que definitivamente nos va a beneficiar a corto y a largo plazo, cuando dormimos es cuando nuestro cuerpo sana, la piel se regenera, se termina de hacer la digestión… Tener un patrón y ajustarse a él en la medida de lo posible hará que nuestro cuerpo regule su propio reloj interno, veremos cómo nuestra piel luce mejor por las mañanas, que nos vemos menos hinchados, nos costará menos conciliar el sueño y despertarnos luego por la mañana cada vez será más fácil.

3.-Tener una rutina de cuidado facial, aunque sea simple

Con el tema del cuidado facial muchas personas piensan que no pueden hacerlo porque no tienen dinero o porque no tienen tiempo, y tienen razón, hay rutinas faciales que vemos en YouTube, Tik Tok o Instagram, de distintos influencers que se toman entre treinta minutos o una hora para finalizar su rutina, con productos de marcas caras o poco asequibles. Pero también se pueden simplificar esas rutinas, basta con tener jabón, una crema hidratante y crema solar antes de salir a la calle. Con esos tres productos ya tenemos formada una rutina facial que va a mantener nuestro cutis limpio, hidratado y protegido, y que toma cinco minutos en completarse. Los beneficios de cuidar y proteger nuestra piel son muchos, para empezar el uso de cremas hidratantes y cremas solares previenen el envejecimiento, previenen manchas que puedan salir con la exposición al sol o con la edad, ayudan con las rojeces, el acné, etc. Además, se siente muy bien dedicarse tiempo a uno mismo y a cuidarse, aunque solo sean cinco minutos, pero son cinco minutos que cuentan.

4.-Hacer algo de ejercicio todos los días, aunque solo sea andar

Al igual que con el hábito anterior muchos pensamos que hacer ejercicio es algo tedioso, difícil, que no lo hacemos porque igual que antes, no hay tiempo ni hay dinero, ni sabemos. La verdad es que hacer ejercicio es simplemente moverse, y podemos movernos de mil maneras, si no nos gusta el gimnasio podemos apuntarnos a una clase de zumba, de baile, de pilates. Si no tenemos dinero tenemos miles de clases gratuitas en You Tube de lo que sea. Y si no también podemos salir a andar, pasear a nuestro perro también es ejercicio. Desterremos la idea de que el ejercicio no es divertido o que es tedioso porque nadie nos obliga a salir a correr una maratón si no queremos, podemos bailar en nuestro salón media hora o salir a dar un paseo por el parque. El ejercicio puede ser de la intensidad y de la duración que queramos, es algo que disfrutar, no algo que temer en tu día a día.

5.-Hacer ejercicios de respiración

Respirar es lo que nos da la vida, hagámoslo bien. La respiración más allá del autopiloto que tenemos instalado tiene muchísimos beneficios, entre ellos reducir el estrés, manejar mejor los altibajos emocionales, reducir la ansiedad, mantener el cuerpo sano, fomenta la elasticidad de los pulmones, contribuye al buen funcionamiento del corazón, reduce el cansancio, oxigena mejor el cuerpo… Todos estos beneficios vienen de lo que se califica como respiración profunda y consciente. Es algo que podemos aplicar en nuestro día a día y puede durar un minuto el ejercicio, lo que cuenta es empezar.

6.-Empezar a usar lenguaje positivo

El lenguaje que usamos al pensar y al comunicarnos con los demás importa mucho más de lo que pensamos. Nuestro cerebro va a querer tener la razón siempre y se va a esforzar porque nosotros nos probemos a nosotros mismos que teníamos razón. Como hablamos y pensamos condiciona nuestra realidad. Pensemos por un momento en la magnitud que esto tiene. Si reprogramamos nuestro cerebro para que nos demuestre que sí podemos hacer y tener lo que queremos, él mismo se va a encargar de demostrarnoslo. Por ejemplo, si somos estudiantes siempre va a ser mil veces mejor decir: “no voy a aprobar”, a decir: “voy a suspender”. Aunque ambas oraciones tienen connotaciones negativas en una estamos usando el verbo positivo y nuestro cabeza no contempla el “suspender”. Si decimos constantemente “no tengo dinero, no tengo dinero, no tengo dinero” probablemente veamos como el dinero que tenemos nunca nos llega para nada y luego miramos atrás y vemos gastos pequeños pero muy tontos que se podrían haber invertido en algo mejor. ¿Y si cambiamos ese pensamiento por: “voy a organizar el dinero que sí tengo”, “tengo dinero para ahorrar aunque sea un poco”. El concepto de lenguaje positivo no se refiere a positivismo absurdo que ignora la realidad y nuestras necesidades y capacidades, es el uso que le damos al lenguaje en nuestra vida. Cambiemos el “no sé” por “voy a aprender”, el “no estoy segura/seguro” por “lo voy a intentar”, el “no puedo, no soy capaz, no he hecho eso nunca antes” por “sí puedo, sí soy capaz”.

Autoral del artículo: Silvia Moya