Ruta de la pasa

Leyendas de bandoleros, vistas maravillosas y pueblos blancos llenos de encanto donde aún se produce la que se considera la mejor pasa del mundo. Hoy hablamos de los municipios de El Borge, Almáchar y Moclinejo, donde las condiciones climatológicas permiten que florezcan campos de viñedos. La FAO, agencia de la ONU para la alimentación y la agricultura, otorgó a la pasa de Málaga el reconocimiento internacional al ser declarado como Patrimonio Agrícola Mundial.

Moclinejo

Comenzamos esta ruta por Moclinejo, asentado entre colinas y con vistas al Mediterráneo, este municipio Axarqueño tiene una de las bodegas con más tradición de la provincia de Málaga, las de Antonio Muñoz Cabrera, que se pueden visitar en cualquier época del año.

El casco urbano del municipio es de origen árabe y está formado por casas de una o dos plantas. Sus calles son estrechas y conservan el sinuoso trazado original, adaptándose las viviendas a la irregularidad del terreno. La plaza de España es el centro neurálgico de la villa y es allí donde se ubican los edificios más notables.

La construcción más sobresaliente del municipio se encuentra en la zona baja del núcleo urbano. Hablamos de la iglesia de Santa María, erigida en el siglo XVI y modificada en el XVII.

Por otro lado, a unos dos kilómetros al norte del pueblo se encuentran las bocas de unas minas que, aseguran, eran de plata, pero que tuvieron que ser clausuradas porque de ellas salía más agua de la que el terreno podía drenar, haciendo imposible el trabajo en la zona.

Almáchar

Y continuamos por esta ruta entre viñedos haciendo parada en Almáchar, uno de los pueblos que más cantidad de pasas producen en todo el país. Está asentado sobre la ladera de un cerro, lo que hace que sus calles tengan una inclinación un tanto pronunciada. Los mejores rincones los encontramos en el casco antiguo, que conforma un verdadero laberinto de calles angostas.

En el centro se alza la iglesia de San Mateo, edificada en el siglo XVI, que mezcla los estilos gótico y renacentista, aunque su torre es de corte mudéjar. A su alrededor pasillos, escalinatas y zaguanes se suceden por entre las sinuosas callejuelas rodeadas de fachadas blancas decoradas con flores.

De especial interés son los jardines de El Forfe, por las vistas panorámicas que nos regala. Desde allí podemos divisar el río Almachar y la entrada de la Cueva del Moro que, según cuenta la leyenda, guarda un tesoro escondido por los moriscos.

En la plaza del Santo Cristo nos encontramos con el Museo de la Pasa, que nos invita a conocer el proceso de elaboración de este producto. El museo cuenta con paneles informativos y una colección de antiguos utensilios y aperos.

Como recomendación personal diré que el mejor día para visitar Almáchar es el día del Ajoblanco. Cada año, el primer sábado de septiembre el pueblo se llena de fiesta, cultura, tradición y gastronomía. Puedes recorrer sus calles oyendo el ritmo de los verdiales, los coros rocieros y el flamenco, mientras que degustas la gastronomía de la zona.

El Borge

Muy cerca del Almáchar nos encontramos con el siguiente punto de la ruta, El Borge. Su vinculación con la pasa es clara, pues en sus calles podemos ver como hay arcos, fuentes y otros espacios dedicados a este producto. Además, se celebra una fiesta entorno a la uva pasa.

Al igual que otros pueblos de la ruta, este municipio tiene como monumento más representativo su iglesia, en este caso dedicada a Nuestra Señora del Rosario del siglo XVI. Este templo fue mandado construir por el arzobispo de Sevilla bajo mando de los Reyes Católicos, sobre una antigua mezquita. Al igual que en el anterior pueblo, nos sorprende su mezcla de estilos gótico y renacentista, y sus toques mudéjares y barrocos.

El Arco de la Pasa, de reciente construcción, pero respetando la arquitectura tradicional, tiene murales en los que se rinde homenaje a dos personalidades locales: un médico y botánico nacido en el siglo XVIII y Martín Vázquez Ciruela, canónico y teólogo. La Fuente del Cuerno, de origen árabe, se ubica en la calle del mismo nombre. El barrio del Rinconcillo es uno de los más destacados del pueblo, nos traslada a épocas pasadas cuando paseamos por allí.

Y ya que nos encontramos haciendo la ruta de la pasa, qué mejor que conocer este producto en un día enteramente dedicado a ello. En esta fiesta podemos ver demostraciones de las labores que se dan para su elaboración, desde la recolección de la uva, el transporte en canastos encima de la cabeza de los vendimiadores, hasta el picado de las pasas. También se hace pisa de la uva moscatel, el mosto que se produce puede ser degustado. Además, podemos disfrutar de forma gratuita del sabor de la pasa malagueña, así como de otros productos típicos de la gastronomía de la zona.

Estos pueblos son los que pertenecen al itinerario tradicional, pero la ruta se podría ampliar a otros municipios de la zona en la que la pasa también tiene protagonismo como son Totalán, Comares, Cútar y Benamargosa. También agradecer a Antonio Galian por habernos recomendado esta ruta. Seguiremos compartiendo vuestras recomendaciones, así que no os olvidéis de dejar en los comentarios vuestros rincones favoritos de Málaga.

Autora del reportaje: Noelia Ruiz