Maltrato animal: una realidad que muchos niegan y contra las que otros luchan.

En este mismo instante, en el que estás leyendo estas palabras, un animal está siendo abandonado en algún lugar de España, y si no es ahora será en menos de tres minutos. Una cruel realidad de la que muchos son ajenos, pero que si­gue latente en nuestra sociedad. Y como dijo el mismísimo Gandhi si “La gran­deza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la mane­ra en que se trata a sus animales”, ¿Cómo debería de ser juzgada la nuestra?

Mientras escribo este artículo, puedo recordar las sensaciones producidas al ver por primera vez aquella fabulosa campaña publicitaria en la que un perro yacía abandonado en un arcén, mientras unas palabras enunciaban “Él no lo haría”. Una campaña lanzada en 1988 por la Fundación Affinity y difundida so­bre todo en el verano, época en la que se daba el mayor número de aban­donos pero, ¿cuándo se dan más en la actualidad?

Épocas de más abandonos

En la actualidad, y según el estudio so­bre abandono y adopción de 2016 rea­lizado y publicado por la Fundación Affi­nity, no hay épocas más propensas para que se den los abandonos, mantenien­do un equilibrio a lo largo del año. De los 137.000 mil perros y gatos abandonados o perdidos en 2016 el 44% de ellos son adoptados después, el 20% devueltos a sus dueños gracias a los microchips, y un 10% son sacrificados. Una cifra gi­gantesca, teniendo en cuenta la canti­dad de mascotas que podemos obser­var en calles como las de nuestra ciudad en cualquier paseo, pues uno de ca­da cuatro hogares españoles tiene un perro como mascota.

Detonantes del abandono

Los detonantes para abandonar a un animal pueden ser muy variados, pero indagando sobre los mismos es posible apreciar que en 2015 (a nivel nacional) aquellos que influenciaron más a la ho­ra de producir un abandono fueron: las camadas de gatos no deseadas y el mal comportamiento del animal, la preca­ria situación económica de los dueños, por el fin de la temporada de caza y por el cambio de domicilio. La creación de ciertas ordenanzas podrían haber evi­tado muchos de estos abandonos re­gulando por ejemplo, las camadas, la esterilización de animales o median­te la difusión de campañas para la concienciación ciudadana.

¿Castrar o no castrar?

Hay quienes piensan que castrar a un animal de com­pañía es una aberración y más si se da el caso de que el animal es macho (tópicos de una sociedad patriarcal). Pero, ¿qué pasa cuando de repente tienes una camada de perros o gatos que no puedes mantener y que nadie quiere? Pues tienen un destino fijo: el abandono. Es un te­ma controvertido, pero que sin duda, es muy importante.

Algunas de las ventajas de la castración en perros son; la disminución de infecciones o tumores genitales, los pe­rros machos ancianos pueden evitar problemas de prós­tata, el perro orinará menos en el marcaje del territorio, su instinto sexual decrecerá y tendrá por ello una tendencia menor a escaparse, disminuirá la agresividad y aumenta­rá la sociabilidad en los machos.

Diferencia entre protectoras y perreras

La mayoría de la población no suele distin­guir las actividades que se desarrollan en una perrera y las desarrolladas dentro de una protectora, llegando incluso a confundirlas. Ante esta situación se hace necesario dife­renciar las mismas y realizar ciertas aclara­ciones que son indispensables.

Las perreras son entidades creadas por los Ayuntamientos, pues la Ley de Protección Animal hace responsables a los mismos de la recogida de animales abandonados. Las perreras tienen ánimo de lucro, siendo con­tratadas por estos. En las mismas, cuando se recoge al animal abandonado lo prime­ro que se suele hacer es revisarlo, por si tie­ne microchip. Si lo tiene, se localiza al due­ño por si lo desea recuperar. Si el dueño no desea recuperarlo o nadie pasa a por el ani­mal, este puede ser sacrificado si su estan­cia en la perrera sobrepasa los veintiún días. Esto sucede así, ya que las mismas alegan que se necesita más espacio para alojar a más animales. Hoy en día, gracias a volun­tarios que altruistamente difunden imáge­nes de mascotas cuyo destino es ser sacrificadas, se suele producir la adopción de un gran número de anima­les abandonados. Hay que puntualizar que en estas perreras se da más la adopción de cánidos que de felinos.

Por otro lado, encontramos a las protec­toras. Estas son Asociaciones que acogen a los animales sin un ánimo de lucro de por medio, pues el dinero que obtienen proviene de subvenciones, donaciones o de las acti­vidades que las mismas realizan. Este dine­ro les ayuda a mantener las instalaciones y a los animales en unas condiciones óptimas.

Un dato muy importante es que en estos lugares no se sacrifica (salvo si la salud del animal lo requiere). Son instalaciones en las que el animal podrá vivir toda su vida con to­das sus necesidades cubiertas, si no es adop­tado. Son los voluntarios los que se ocupan de su gestión, siendo el animal tratado con dignidad y cariño. En ellas, una de las herra­mientas que se fomentan para luchar con­tra el abandono animal es la esterilización.

Ordenanza Municipal de Bienestar y Protección Animal

El pasado año la Junta de Gobierno Local aprobó la Ordenanza de Protección Animal. A partir de ese momento Málaga se convir­tió en un referente para otras localidades, en cuanto a la protección animal. En su elabo­ración participaron el Colegio Oficial de Ve­terinarios, el Partido Animalista (Pacma), la Asociación Malagueña de Veterinarios de Animales de Compañía, la Sociedad Protec­tora de Animales, la Asociación Pro-esteri­lización Animal, la Federación para la De­fensa y Bienestar Animal, la Asociación Em­presarial Malagueña de Veterinarios y Avo­ra, Ayuda de Animales. En ella se promueve el esterilizar a las mascotas, medidas para reducir el abandono y se hace de la adop­ción una realidad, en detrimento de la com­pra de mascotas. También prohíbe el uso de collares que puedan suponer un mal­trato, así como evitar actividades que afec­ten al animal psíquicamente en el espacio privado. Esta normativa incluso regula que quien desee adoptar a un animal en insti­tuciones malagueñas no podrá haber en­tregado a un animal en el Centro Zoosani­tario Municipal (o cualquiera de las institu­ciones que colaboran) dos años atrás y presentar que no ha sido sanciona­do por maltrato o abandono ani­mal en los últimos cinco años. Como no­vedad: recomendar esterilizar perros y ga­tos y que la crianza puede ser desarrolla­da por propietarios con licencia de criador.

En cuanto a gatos, se prohíbe la extir­pación de las uñas (desungulación), se re­conoce al gato feral (felino no doméstico) y se regula el dar de comer a animales en la vía pública, prohibiéndolo sólo si crea in­salubridad.

Establecimientos

También aporta novedades en relación a los establecimientos; los animales podrán entrar siempre que el local no demuestre lo contrario, así que podemos ir de tapas y disfrutar de la gastronomía malagueña con nuestras mascotas, siempre que el dueño del establecimiento en cuestión así lo per­mita y no demuestre lo contrario en la puer­ta de su establecimiento. Excepto si en el mismo tiene lugar la elaboración, venta, al­macenaje, transporte o manipulación de ali­mentos o bebidas. En los transportes públi­cos se podrá acceder con mascotas, como en la EMT o el metro, siempre y cuando se respeten las normas. Los taxistas sin em­bargo, podrán aceptar las mascotas según criterios personales.

Entrevista a la Presidenta de la Protectora de Málaga

Para saber un poco más entrevistamos a Car­men Manzano, presidenta de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga.

¿Puede estar Málaga orgullosa de la nueva Ordenanza Municipal en cuanto a la pro­tección de los animales?

Lógicamente, es un avance importante; noso­tros la habríamos querido más dura en cuan­to al abandono y al maltrato pero, en defini­tiva, no está mal. Hemos podido hacer mu­chas alegaciones que se han contemplado en la ordenanza.

¿Vamos por buen camino en cuanto a sal­vaguardar la situación de los animales des­amparados?

Pasito a pasito se anda el camino. Lo impor­tante es la esterilización obligatoria en pe­rreras (que en las protectoras ya lo hacemos desde hace mucho tiempo), en tiendas de animales y sobre todo, inspecciones en las perreras o zulos de los cazadores, respon­sables de que casi el 70% de los animales abandonados sea de caza.

¿Crees que falta una ordenanza para aque­llos animales recluidos en zoológicos o lu­gares de similares características?

El tema es que esas competencias son de la Junta de Andalucía, no de los Ayuntamien­tos. Los Ayuntamientos únicamente dan per­miso de apertura. Ya las condiciones de los animales las marca la Junta de Andalucía.

¿Se debería de luchar más contra los cria­dores ilegales?

Súper importante: tanto los legales, que hay que controlar al máximo, como lo ilegales que hay que clausurar y castigar con penas de cárcel.

¿Crees que en las zonas rurales hay un va­cío legal? Por ejemplo, en ciertos lugares las masificaciones de población canina a causa de la caza y el abandono de muchos animales conlleva el problema de jaurías de perros sin domesticar, que pueden lle­gar a ser peligrosos.

En las zonas rurales, el abandono es conse­cuencia de la cría indiscriminada, de la no esterilización y de la abundancia de cazado­res. La solución que pone la administración andaluza ante esta situación es permitir ba­tidas de perros salvajes a los propios caza­dores, para que los maten a tiros. Vacío le­gal no es propiamente, es simplemente que hasta el alcalde es cazador en la mayoría de los pueblos y por tanto, no imponen multas sobre el tema. Endurecer las leyes contra el maltrato, con una única ley de bienestar y protección animal a nivel nacional sería lo deseable.

Autora del reportaje: Marina Benitez

Fotografías: sacadas de la web de la Protectora