De ruta por la Cueva de la Mina de la Trinidad en Benalmádena

La Sierra de Mijas es un macizo del Cordón Montañoso Litoral que encontramos en la provincia de Málaga. Pero no solo eso, la Sierra de Mijas ofrece a nuestra localidad multitud de senderos, fauna, flora y rutas preciosas y capaces de despejar hasta a las mente más ansiosa y estresada del mundo.

Entre sus actividades encontramos la posibilidad de visitar la famosa Cueva de la Mina de la Trinidad de Benalmádena.

Esta cueva se sitúa detrás del templo budista de Benalmádena, lo cual permite visitar ambas cosas en un mismo día. Para lograr llegar a esta cueva existe una ruta, muy bien señalizada y fácil de seguir, en la que disfrutar de las vistas y el silencio del campo, aunque es cierto que en algunos tramos se escucha ruido procedente de la autopista. Esta ruta se recomienda realizar en días despejados y claros, ya que en algunas zonas del trayecto se pueden observar las costas de África y Gibraltar.

Cabe señalar que no es una ruta complicada a pesar de que presenta algunas pendientes pronunciadas.

Para poder disfrutar de estas minas es necesario poseer una linterna, esto conseguirá que puedas moverte por la cueva y, llegar así, hasta el límite de la galería. Aquí podrás observar, entre otras cosas, estalactitas y estalagmitas.

Esta cueva pertenece a una antigua explotación minera de ocre que fue abandonada hace ya décadas. En este minero encontrarás varias galerías naturales de diferentes dimensiones y con formaciones curiosas y bellas.

Tiene un total de 300 metros en su interior, así que no te preocupes, no te perderás entre sus galerías ya que es muy fácil encontrar la salida y, además, cada galería está señalizada.

A pesar de su atractivo, no podemos confiarnos, es una cueva muy visitada por excursionistas y geólogos, pero tiene posibilidad de algún derrumbamiento y contiene zonas resbaladizas con una caída de altura. Por ello aconsejamos visitarla siempre acompañado de un profesional cualificado y con mucha precaución.

Por otro lado, queremos hacer un hueco en este artículo para recordar que esta cueva, como muchos otros monumentos o patrimonios geológicos, no son un recurso renovable, es decir, es finito y por lo tanto se agota. La destrucción y el mal trato de estas joyas de la naturaleza, conlleva pérdidas irreversibles y la muerte de parte de una historia y memoria de nuestro país. Debemos tener consciencia de esto, de lo que significa para la comunidad y de su historia.

Autora del artículo: Paula Prieto