Ciberbullying

El término ciberbullying ha invadido periódicos, radios, televisiones y ha ocupado reuniones de padres y profesores en los centros educativos de toda España, pero, ¿sabemos como detectarlo y prevenirlo? Te informamos de todo.

El ciberbullying no ocupa espacios mediáticos de forma gratuita, se trata de un grave problema de social y sistemático que afecta, sobre todo, a niños y jóvenes. En concreto, en el ciberacoso se emplean los medios digitales (como móviles u ordenadores) y plataformas (como las redes sociales o los videojuegos online) con la intención de acosar psicológicamente a terceras personas.

Para detectar este tipo de comportamientos hay que tener en cuenta que se suelen dar entre iguales, normalmente entre niños o adolescentes, por lo que el agresor y la víctima tendrán la misma edad. De hecho, es probable que compartan contexto social e incluso que se conozcan en la vida real. En algunos casos este acoso se extiende más allá de los medios digitales, desembocando en acoso escolar.

La mayoría de los casos de ciberbullying presentan rasgos comunes en el agresor. A menudo creen estar protegidos por el anonimato y suelen crear roles imaginarios en digital, algo que acaba provocando una falta de percepción del daño causado y que no se vean a sí mismos como abusadores. La psicología apunta al complejo de inferioridad como una de las causas de este tipo de comportamientos. De esta forma, en lugar de aumentar su propia autoestima, el acosador reacciona ante cualquier persona o situación que pueda hacerlo sentir vulnerable, ridiculizando o humillando a sus víctimas. Aunque esta definición podría servirnos para el acoso escolar también, agregar las TIC agrava la situación.

Crear perfiles falsos, hackear o robar las contraseñas de las víctimas para violar su intimidad o suplantar su identidad, propagar rumores dañinos por foros o redes sociales, enviar mensajes amenazantes o subir a Internet fotos reales o montajes de la víctima son solo algunas de las formas más frecuentes con las que se manifiesta el ciberbullying.

No se debe confundir con el acoso o abuso sexual, ni con el daño. que un adulto puede ejercer sobre un menor, ya que en ese caso hablaríamos de otros tipos de delitos.

 La víctima a menudo no sabe como reaccionar ni cómo huir de las humillaciones que día a día se acumulan en su teléfono móvil o su ordenador. Es ahí donde se hace fundamental la labor de los padres y madres, de los centros educativos y de las asociaciones, para frenar un problema que provoca que las victimas sufran depresión u otros problemas psicológicos, cambios de comportamiento y/o baja autoestima, y que puede llevarlos a consumir sustancias nocivas para la salud o, en el peor de los casos, que consideren el suicidio.

El Instituto Andaluz para la Prevención del Acoso Escolar (IAPAE) y la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar (AEPAE) son algunos de los organismos que luchan para prevenir estas situaciones fomentando la concienciación entre padres, jóvenes y centros escolares, y poniendo a su disposición páginas web y números de teléfono a los que acudir si son testigos o sufren por sí mismos una situación de ciberacoso.

Los interesados en colaborar con estas asociaciones, pueden hacerlo asociándose, realizando voluntariado o difundiendo información a través de sus redes sociales, para que entre todos podamos acabar con el ciberbullying. Desde Ciudad con Alma te animamos a colaborar.

Autora del artículo: Ana Eva Jiménez