Pollos San Juan, el primer asador de Málaga que alimenta cuerpo y alma

El ‘chokurei’ está dibujado entre los asadores de Pollos San Juan, la primera pollería de la ciudad, fundada el 31 de julio de 1963. Este símbolo pertenece al reiki, la terapia espiritual que practica su gerente, Blanca Espada, y representa “la sincronía con la energía universal”. Y, sin duda, funciona. Para su bienestar y para su negocio, porque esta entrañable firma crece desde que Blanca se preocupa no solo de alimentar el cuerpo, sino también el alma de los malagueños.

Blanca recomienda el reiki a todos sus clientes, proveedores y conocidos. Lo practica desde el malestar que le ocasionó el estrés causado por la sobrecarga de trabajo que acumuló al proponerse levantar el negocio de su padre y fundador, Pepe Espada. “Vi en mi buzón que un vecino hacía reiki, lo llamé y lo hice”, nos cuenta.

Su reto personal

Su mayor reto es llegar a ser “tan valiente y buena persona” como su padre. Un gran empresario que, junto a su socio, arriesgó al crear Pollos San Juan y triunfó al llegar a tener medio centenar de trabajadores a su cargo. “Le adoraban”, recuerda. Pero llegaron malos tiempos y se arruinó.

Su hija recuerda una infancia rica en contraste con una adolescencia algo más pobre. Rondaban los 80. Pepe Espada murió una década después, su madre se hizo cargo de un puesto que mantenían en el Mercado de Atarazanas y el asador sobrevivió gracias a Mariano Aguilar, su empleado y encargado de siempre, que “lo ha llevado como si fuera suyo”, reconoce la heredera.

Cada hijo de la saga Espada había elegido su propio camino y, de hecho, Blanca es Policía Nacional, un oficio que se vió obligada a abandonar a raíz de un accidente de tráfico. Algo le dijo que tenía que salvarlo como su padre hubiera querido. “Empecé a dedicarme en 2007 y había dos trabajadores. Hoy son 25”, afirma feliz.

La evolución del negocio

“Me levanto pensando en cómo pagar esto y lo otro”, nos confiesa; pero sonríe feliz “al no parar de verlo evolucionar”. Aquella pequeña pollería, ubicada en la calle que le daba nombre, San Juan, es hoy un gran negocio que, desde Herrería del Rey, donde tiene actualmente su sede, surte de comida casera a todo aquel que la demanda, ya sea en persona o a través del móvil. “Cada plataforma es una ventana”, nos cuenta su precursora. Un servicio a domicilio e ininterrumpido que da servicio desde la mañana hasta la noche.

El crecimiento de la firma gracias a las nuevas tecnologías y a la diversificación que ha liderado Blanca es exponencial; pero hay cosas que no cambian. “El logo sigue siendo el que pintó mi madre”, asegura. Y el sabor inconfundible y tradicional de pollo asado no ha dejado de ser el mismo que desde hace 55 años fluye por cada uno de los rincones del centro de Málaga.

Autora del reportaje: Princesa Sánchez

Fotografías: Antonio Hurtado